Este fin de semana nos visitaron unos amigos de Ponferrada, así que tocaba ruta turística por Coruña y presumir de gastronomía.
Se alojaron en un hotel del centro, así que teníamos las zonas de tapeo más céntricas a un paso: calle de la Estrella, calle de la Franja, Olmos y Galera, y calle de la Barrera.
Quisimos ir a la Lagareta, un sitio del que ya os hablaremos, aunque estaba hasta arriba y teníamos mucho tiempo de espera. Así que escogimos uno al azar, justo al lado, y con sitio!
Es en la calle de la Franja, 28, una de las peatonales que desemboca en María Pita, a la altura de la Plaza del Humor. Es una calle llena de restaurantes o locales para tapear... pero ojo turistas! no todos son de fiar... tenéis los de siempre, con su pecera de bogavantes y demás crustáceos de exposición al lado de la puerta donde podéis pegaros una señora mariscada... y el resto. Si tenéis en cuenta esa diferencia, podéis saber más o menos sobre qué precios se mueven unos y otros.
La Saporita.
Es un sitio que invita a entrar. La decoración está muy cuidada: paredes blancas sin demasiados elementos decorativos, plantas colgando de la pared, una luz agradable, mesas altas para dos y bajas para 4-5, espacio para moverse, mantelitos individuales con los cuadros típicos de pizzería italiana, y sin olores a comida que molesten.
Nos gustó un espacio que hay al fondo donde puedes tomar algo mientras esperas mesa, sin estorbar a los camareros ni estar pegado a las mesas donde están otros clientes.
La carta colgaba de la pared con un cordel, un detalle genial para no ocupar sitio en la mesa. Pensaréis que habrá sitios a donde no llegaba, sí, pero el camarero nos trajo una a cada comensal. Es una carta sencilla, sin demasiados platos, pero con un poco de todo.
Entrantes como langostinos rebozados con ali oli de cebollino, queso provolone al horno, tacos... pastas variadas con salsas variadas, y pizzas (el plato estrella).
Para beber, adivinad! estrella (y algún que otro refresco y agua). Pedimos un poco de todo para compartir entre cinco. Nos sorprendió la facilidad que tuvieron a la hora de sacar los platos, siendo un orden muy correcto y un ritmo bueno.
Los langostinos rebozados venían en brocheta, y el ali oli de cebollino en su cuenco para que cada uno bañara su langostino al gusto. El langostino estaba en su punto, el rebozado no tenía apenas aceite (cosa que se agradece) y el ali oli era suave y acompañaba muy bien.
Probamos los espaguetis a la carbonara, un plato sencillo pero con el que es muy fácil cagarla porque cada uno lo cocinamos en casa a nuestro antojo. La pasta tenía pinta de ser casera, cocinada al dente, y la salsa carbonara suave y cremosa. A los cinco nos gustó.
Llegó el momento de la pizza: jamón y rúcula (un clásico), mojo picón (una novedad), y la saporita (la reina de la casa). Con 3 nos llegó bien, y eso que teníamos a un glotón entre nosotros! La masa es fina y crujiente, los ingredientes de primera, frescos y de calidad, así que el éxito que pueda tener cada una sólo es cuestión de gustos. En el caso de la de mojo picón hubo división de opiniones, pero no dejó indiferente a nadie. La saporita es espectacular, nos la ofrecieron fuera de carta y no dudamos ni un segundo: tomate seco, tocino ibérico, queso de cabra y cebolla caramelizada (no sé si me estoy olvidando de algo...). Absolutamente deliciosa.
Esta es la pizza de rúcula y jamón.
Como detalle, en la carta aparece la "cesta de pan" para que la pidas y sepas cuánto vale. Lo destaco porque es costumbre que te pongan pan y te lo cobren. No es un pan cualquiera. Probadlo. Es dulce sin ser bollo de leche. También ponen dos palitos largos de otro tipo de pan para quien o utilice simplemente para empujar.
Terminamos la cena satisfechos, así que no pedimos postre, ni café, ni chupitos. Por toda la cena y las bebidas (pedimos en total 2 aguas, 3 refrescos y 3 cervezas) unos 55€.
Como resumen, es un local en pleno centro, aunque en la Plaza del Humor podéis tener suerte y aparcar en zona ORA, o ir directamente al parking de María Pita. Recomendamos siempre ir andando o bajar en bus (cualquier líneas que pare en el Cantón os dejará cerca). El sitio es agradable por su ambiente, decoración y trato de su personal. De precio, normal, a 11€ por cabeza cenando muy bien de sabor y cantidad.
Recomendable! Nos extraña que no estuviera más lleno!
No hay comentarios:
Publicar un comentario